La Norma Oficial (NOM) 186 pretende regular el uso del término “agave”. Con esto, productores de mezcal artesanal, que se encuentran fuera de la Denominación de Origen (DO) y que utilicen esta palabra en el etiquetado de sus bebidas, pueden ir a la cárcel, pagar una multa o, bien, se confinaría su producto. El pasado 6 de julio la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Dictamen Total” –no final– de dicho proyecto.

La Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) espera aprobar esta norma el  próximo 2 de septiembre. A esto se oponen 3 mil 320 investigadores, expertos en la utilización de agaves, biólogos, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones campesinas, productores y comercializadores, argumentando que esto excluye del mercado a cientos de productores.

La propuesta de la Cofemer es: los productores, que no se encuentran en la Denominación de Origen, nombrarán como “aguardiente de agaváceas” o “destilado de agaváceas” a las bebidas, a pesar de tener la misma calidad que el mezcal y utilizar agave para su fabricación.

La bióloga Catarina Illsley Granich del Grupo de Estudios Ambientales (GEA) explicó que esta norma es impulsada principalmente por la Cámara Nacional de la Industria del Tequila (CNIT) y por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), quienes han cabildeado su aprobación, así como por la Secretaría de Economía (SE) federal que presentó el proyecto “(NOM) 186 Bebidas Alcohólicas Elaboradas a Partir de Agaváceas”. Además, comentó que “La Cámara Nacional de la Industria del Tequila, al verse amenazada por la demanda que tiene el mezcal en el mercado, busca impedir que empresas pequeñas exporten mezcal a otros países, principalmente a Estados Unidos”. O bien, su único interés es bloquear el mercado de bebidas alcohólicas. Por esto la Cofemer pretende orillar a los productores de mezcal artesanal a nombrar sus licores con términos peyorativos como “aguardiente” o “agaváceas”, sabedores de que en el mercado estos nombres no son aceptados y no gozan de prestigio.

Estados más perjudicados
La también coordinadora del Programa de Manejo Campesino de Recursos Naturales del GEA señaló que 26 estados de la república producen mezcal a partir de 39 especies de agaves, y la Denominación de Origen Mezcal (DOM) contempla sólo 7 estados: Guerrero, Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, seis distritos de Oaxaca, un municipio de Guanajuato y 11 de Tamaulipas.

La NOM 186 perjudicará directamente a los municipios y estados no incluidos en dicha denominación, principalmente a pequeños productores de Puebla, Chiapas, Michoacán, Sinaloa y Morelos, así como a los municipios de Oaxaca, Guanajuato y Tamaulipas que han pedido ser incluidos en ésta, pero desde 1994 han sido excluidos.

De igual forma, la Norma Oficial Mexicana 070 menciona únicamente cinco especies de agave de los cuales se puede extraer mezcal, quedando desprotegidas 34 especies de maguey que se siembran en nuestro país.  

¿Qué sucederá en Oaxaca?
En Oaxaca esta norma, de ser aceptada, dejará desprotegidos a productores de la región Mixe, de la Mixteca y de los municipios de la Sierra Norte que no fueron incluidos en el año 2004 en la DOM, pero que tienen una tradición ancestral de producción de esta bebida. Si se aprueba la NOM 186, tampoco se les permitirá usar el término “Destilado de Agave”.

Los 7 municipios de Oaxaca que sí pueden utilizar la palabra “mezcal”, porque sí fueron registrados en la DOM, son únicamente: Sola de Vega, Ejutla de Crespo, Miahuatlán de Porfirio Díaz, Ocotlán de Morelos, Tlacolula de Matamoros, Santiago Matatlán y Zimatlán. La mayoría de las comunidades oaxaqueñas que tienen una producción de mezcal artesanal, fueron excluidas de la DOM, y ahora la NOM 186 pretende impedir que al embotellar su producto utilicen el nombre de “Destilado de Agave”.

Violaciones de la NOM 186
La serie de irregularidades que presenta el proyecto de Norma Oficial 186 fue detallada en una carta enviada por 3 mil 320 organizaciones, investigadores y productores de mezcal, al director general de la Comisión de Mejora Regulatoria de la Cofemer, Alfonso Carballo Pérez.

El escrito, con expediente 03/1933/24111 y fechado el 22 de enero del 2012, afirma que no se puede regular el uso de una palabra genérica como lo es “agave”. “Es como si yo quisiera regular la palabra tlayuda en Oaxaca. No se podría. Lo mismo pasa con el agave”, explica Illsley Granich.

Se explica que “agave” es un término científico que signa al grupo de plantas que en español mexicano se llaman magueyes, donde se incluyen 200 especies. De éstas, 39 son utilizadas desde hace 400 años para elaborar mezcales tradicionales en 24 estados de la república.

La segunda falla de esta Norma Oficial es que fue elaborada sin consultar a los afectados, pues la Secretaría de Economía federal afirma que en la elaboración del proyecto de NOM 186 sólo participaron la CNIT, por la Denominación de Origen (DO) Tequila; la COMERCAM, por la DO Mezcal; y el Gobierno del Estado de Sonora, por la DO Bacanora.

En el documento se detalla que con la aprobación de esta norma se infringe el derecho al consumidor de contar con información adecuada y clara sobre el mezcal que se adquiere, pues la NOM 186 no contempla regular de forma correcta la cantidad, características, composición, calidad y precio del mezcal embotellado pese a que estos puntos están contemplados por la Ley Federal del Consumidor en el artículo 1, inciso III.

Los 3 mil 320 firmantes alegan que al no contemplarse estos rubros, indispensables para el consumidor, se daría paso a la producción masiva de mezcales industriales, los cuales no utilizan fermentación artesanal y son de baja calidad. Se detalla como una violación la exclusión de cientos de productores de mezcales artesanales tradicionales del mercado de bebidas alcohólicas, vulnerando así la garantía prevista en el artículo quinto de la Constitución, que señala: “A nadie se le puede impedir que se dedique a una profesión, industria, comercio o trabajo lícito”.

De igual forma, se quebrantan convenios internacionales sobre la Diversidad Biológica y la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, pues no se protegen mezcales artesanales y se da paso a la utilización de azúcares que no provienen del maguey, como los de la caña. Esto debido a que la NOM 186 permite hasta un 80% de maguey y un 20% de otro “tipo” de azúcares no especificados.
Perjuicios al consumidor
El director general de la Asociación Civil “El Poder del Consumidor”, Alejandro Calvillo Unna, declaró que, con la NOM 186, el consumidor se queda desprotegido porque las empresas no tienen la obligación de especificar qué materia prima lleva el 20% de los azúcares permitidos para usar en los aguardientes o destilados de agaváceas. Aseguró que esto es un engaño al consumidor porque no es 100% agave lo que se utiliza, sino que se permiten azúcares de caña u otros materiales. Además de no existir una regla de producción específica, se consiente el uso de químicos para la fermentación. “La compra no sería libre. Se busca beneficiar a una parte de los productores y se excluye a otros, obligando al consumidor a adquirir productos que no cuentan con la calidad, pero que son los únicos en el mercado”, expuso.

Afirmó que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) no está sancionando a los productores que venden bebidas adulteradas y no exige que en las etiquetas especifiquen el tipo de maguey, el lugar donde se produjo, qué otros azúcares contiene, el proceso de elaboración y el maestro mezcalero que lo realiza. Así, el comprador llegará con más facilidad a un producto que no es mezcal. “Lo que se pretende es que los verdaderos mezcales no lleguen a manos del consumidor”. Con esto, se está violando el derecho a decidir y se está orillando a comprar productos de baja calidad, que no cuentan con los procesos de producción adecuados y no informan sobre su materia prima.

Empresas transnacionales detrás de la NOM 186
La bióloga Catarina Illsley Granich comentó que en nuestro país las grandes tequileras pertenecen a empresas trasnacionales y son estos corporativos los que quieren impedir que los mezcales de alta calidad lleguen al mercado internacional. “La industria del tequila deja millonarias ganancias y el 80% de corporaciones tequileras de México son de transnacionales […] Las tequileras quieren que esta regulación les favorezca. Ellas saben que los mejores mezcales del país son artesanales”, declaró.

Existen al menos 7 empresas trasnacionales en la industria del tequila en México, la mayoría provienen de Estados Unidos y de Italia. Algunas de las empresas son Brown Forman (Tequila Herradura y Jimador), Fortune Brands (Tequila Sauza), Campari (Tequila Espolón y otras marcas), Bacardí (Tequila Cazadores y parte del Tequila Patrón), Tequila Don Julio (Diageo en 50%, la otra parte es de José Cuervo) y Pernod Ricard (destilería JDC que produce Viuda de Romero y Tequila Olmeca, entre otras marcas).

Al entrevistar al presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Tequila (CNIT), Eduardo Orendain Giovannini, aceptó que existe inversión de empresas trasnacionales en la industria del tequila pues “la inversión extranjera ayuda a un crecimiento más rápido en Jalisco”. Aseguró que la industria del tequila ha exportado a Estados Unidos el 80% de su producción. En el año 2011, 230 millones de litros llegaron a Estados Unidos. Cabe resaltar que Cornelio Pérez, comercializador de mezcales tradicionales, aseguró que la industria tequilera, para llegar a exportar estas cantidades de licor, utiliza sólo una mínima parte de maguey. La mayoría son otros ingredientes que no se especifican en el envase.

Apertura  del mercado Chino
Catarina Illsley alertó que la NOM 186 abre las posibilidades para que bebidas adulteradas, procedentes de China, lleguen al mercado mexicano y se hagan pasar por mezcal. “Entonces, estas bebidas entran al mercado sin competencia y sin ninguna forma de ser reguladas. Quieren hacer normas que no perjudiquen al mercado chino. Según sé, los chinos vienen muy fuertes y sólo están esperando que las leyes se aprueben”, expuso y aseguró que el mercado internacional no sólo tiene interés de probar los mezcales artesanales de México, sino de viajar a los lugares donde se producen y tener contacto con la cultura que está ligada a esta bebida.  Comentó que el Grupo de Estudios Ambientales recibió una carta firmada por 3 mil bares y bartenders de 26 países, principalmente de Europa y Estados Unidos quienes están interesados en la compra de mezcal artesanal, y a esto le tienen miedo las transnacionales.

NOM 186, persecución a pequeños productores
Para Cornelio Pérez, comercializador de mezcales tradicionales y coordinador de la asociación Mezcales Tradicionales de los Pueblos de México, que reúne a productores de Oaxaca, Jalisco, Michoacán, Durango, Estado de México, Puebla y Guerrero, la NOM 186 es tramposa y excluyente, porque atenta contra los pequeños productores y contra la cultura de las comunidades donde se producen. El originario de Ejutla de Crespo, Oaxaca, refirió las fallas de la norma, como la adulteración por el uso de otros azúcares; por no establecer la elaboración, cocción –en hornos de tierra– y el grado alcohólico. Un mezcal tradicional difícilmente puede adquirir máximo 55 grados. Las Denominaciones de Origen del  mezcal, del tequila y del bacanora, “están hechas con los pies” porque no se establecieron para un área geográfica, sino que contemplan algunos municipios de una región y otros de otra. Comentó que en lugar de regular y proteger la cultura, se incentiva al productor a bajar la calidad del mezcal para que cumpla con las “normas”. “Conozco productores de Matatlán, ellos no conocen la elaboración artesanal del mezcal y prefieren usar sulfato de amonio para fermentar. Tú llega a Matatlán y pregunta por un palenque. Verás que no hay y que todos prefieren tomar cerveza en las fiestas y no mezcal por la mala calidad que tiene”, comentó.

Explicó que la NOM 186 no habla de mezcales sino de “destilados de agave” y agaváceas. “Se habla de un mercado, pero el mercado en México no existe porque son pocas personas las que tienen poder de adquisición. El mercado es una ilusión. Se está hablando de un mercado extranjero, pero no mexicano. Además no se habla de el mezcal como un producto cultural”.

Cuando un producto es nombrado en una DO quiere decir que el estado mexicano lo protege, pero ahora al contrario, se da posibilidades a bebidas adulteradas y a la industrialización del mezcal. “Se quiere hacer una cortina de humo y se quiere olvidar que se están violando derechos humanos de productores y derechos culturales de la población”, alertó.

Al permitir que se usen otros azúcares, se abre la posibilidad de usar materias primas de otras zonas que nada tienen que ver con la DO y se pierde el objetivo de las Denominaciones, que es apoyar a las regiones. Se hace con el fin de apoyar a un grupo de privilegiados que sí pueden pagar diversas certificaciones. Pero los que hacen un producto de mejor calidad y no tienen  posibilidades de pagar una revisión son excluidos. “Cuesta mucho vender un mezcal certificado porque es más caro aunque carezca de calidad. Eso sí es una competencia desleal porque los mezcales bien hechos no quieren que se vendan, sólo por no estar bajo “normas incongruentes”.

Acusó a las Secretarias de Desarrollo de los estados por no componer el problema y evitar que exista migración de productores pequeños; a la Sagarpa porque no protege los magueyes que están en peligro de extinción como el espadín, ni apoya la siembra de variedad genética de maguey. “Nuestro principal mercado es Estados Unidos y a ellos no les interesa la DO. Ellos quieren costos bajos. México tiene un convenio con EU donde se asegura que nuestro país venderá los productos más baratos. De ahí que se quiera reducir la calidad de las bebidas”.

Alternativas
Pérez  comentó que el consumidor tiene la forma de defender al buen productor de mezcal. Primero informándose sobre el sabor, olor y color de los mezcales artesanales. Segundo, pagando lo justo por la bebida. Tercero, conociendo la tradición ancestral del mezcal, las costumbres y el proceso de elaboración. “Lo que debemos hacer es que todo el pueblo se apropie del mezcal artesanal. Que lo defienda y que lo compre. Debemos defender nuestros productos culturales”. Pidió a los académicos y los conocedores del tema hablar de esto porque la población tiene que defender sus tradiciones y pelar para que no existan mezcales con químicos.  

“Al paso que vamos” y con las normas oficiales, en poco tiempo los pueblos se quedarán sin productores de mezcal artesanal, pues preferirán emigrar por las pocas ventas o estarán fabricando mezcal industrial con químicos porque a eso se verán obligados. “Si dejamos que los productos culturales se pierdan, en poco tiempo no va haber mezcal artesanal para las bodas o las fiestas”, vaticinó.

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Acerca de la autora:
Miahuatlán Oaxaca, 1986
Estudió periodismo en el Programa Prende de la Universidad Iberoamericana

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