¿Con qué rima tima? Retrato de un poeta contento, porque ya comió es, según Alejandro Magallanes, el resultado de muchos años de trabajo dedicados a las letras y a las imágenes.  El primer impulso que viene a la mente es preguntarle a Alejandro si ya ha comido, contesta que sí, que ha comido y por lo tanto está alegre, como cualquier poeta que ya comió.  Su respuesta respeta la lógica del título de su libro, se asume que Magallanes se considera a sí mismo como un poeta, al menos en esta ocasión, al menos en este tiraje.

Alejandro es diseñador e ilustrador de profesión, y hoy, con la publicación de su más reciente libro, también se siente poeta: “Las personas no somos unidimensionales, al final creo que podemos hacer varias cosas desde varios frentes; un poco es el caso de este libro es que utiliza los recursos que tiene el diseño gráfico; letras e imágenes dentro de una colección de poesía”.

¿Qué quién me dijo a mí que era poeta? Sigue diciendo Alejandro ante la pregunta puesta en la mesa. Nadie, responde, por eso está tan relacionado el título del libro (refiriéndose al acto de timar).

Indica que sus textos e imágenes, por el mero acto de ser anti solemnes tienen mucho de solemnidad. Que la escritura, como muchos otros juegos, tiene diferentes matices y que dependiendo de la intención será el resultado. Hace especial hincapié en que el verdadero proceso poético que se da en el libro ¿Con qué rima tima? radica en la propuesta que se hace desde lo visual, donde los recursos que brinda el diseño se mezclan con los contenidos hasta formar por completo la obra.

Ferviente creedor de las posturas personales y las decisiones, Alejandro Magallanes se dice fascinado por la forma de tratar los temas en diferentes épocas y lugares, ya sea a la manera de un Apollinaire, de José Juan Tablada, o hasta de algunas propuestas oaxaqueñas. Somos eslabones de una cadena que quién sabe hasta dónde nos lleve. “Lo impresionante es que estemos haciendo las cosas aquí y ahora, ¿por qué? Quién sabe”.

Durante la charla mantenida, se tocó el tema de las coincidencias, de aquellas ideas que suceden en todo momento en diferentes personas, como aquél verso de Pessoa: “¿Genio? En este momento /Cien mil cerebros se piensan en sueños genios como yo”.

El tema fue abordado a partir de la gran similitud entre la obra de Magallanes y la del guerrerense Raúl Parra, del cual Magallanes asegura conocer muy poco, aunque los parecidos de sus obras sean muchos. “No hay nada nuevo bajo el sol”, comenta Alejandro.

Se le pregunta sobre la situación de muchas personas, que aunque hagan un trabajo con estilo parecido al suyo o tengan una propuesta diferente en lo que a poesía se refiere, y que siguen sin publicar y sin ser tomadas en cuenta en, ya no digamos las grandes editoriales, sino también en las locales, como es el caso de Almadía, y responde: “Está la cuestión de que yo trabajo con la editorial, y no por eso el libro se presenta, aunque eso yo no lo sé, sólo se trata de circunstancias. Aunque seguramente quien se dedica a esto lo está publicando en forma distinta, puede ser desde fotocopias hasta un cartel en la calle, una exposición o hasta una edición de autor. El proceso te lo quedas tú y el resultado es para los demás. Creo que sí, todos lo hacen para que lo vea alguien más, aunque no creo que sean públicos masivos, los míos ni los de nadie, que ojalá se vaya pasando de mano en mano”. Y aunque reconoce que no tiene la respuesta a ese tipo de preguntas sobre la selección y publicación como tal, sigue confiando en que sus amigos le publiquen su próxima novela.

“Las etiquetas son para las personas que las necesitan” afirma el autor al preguntarle cómo se considera; “Un puma de la pluma/ un brujo del dibujo” ya que piensa a todas las personas como polifacéticas. “Al final todo mundo es una licuadora de contenidos”, dice sonriente. Alejandro Magallanes asume su libro, si no como el hilo negro de la literatura, sí como un precedente para que haya en un futuro más, y mejores propuestas. Y cuestionándolo acerca de por qué hacer un libro (especialmente de poesía) en uno de los países con más bajo índice de lectura, el responde con un sincero y lógico: ¿Por qué no? “Todo es muy corto como para andar desconsolados. Hay que optar por hacer”.

Magallanes, aconseja a los jóvenes que inician su camino en estas áreas que “trabajen, trabajen en lo que les gusta, hay que ser necio, siempre tomando en cuenta las limitaciones y virtudes de lo que cada uno hace”.

Alejandro Magallanes nació en la ciudad de México en 1971, diseñador gráfico de profesión, su color favorito es el rojo, gusta de la música de Jazmín Solar, de la lectura de Augusto Monterroso y Octavio Paz.

Acerca del autor:

Jeovanny Elorza, 1989

Escritor de medio tiempo. Sabe tres trucos de trompo.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *