Son las 8:10 de la noche en el parque Río de Janeiro de la colonia Roma, en la Ciudad de México, y frente a una imponente pantalla más de 200 espectadores reposan al aire libre. Esperan que en un altavoz se anuncie la tercera llamada.  La película que en seguida hará reír, aplaudir y chiflar a los asistentes será ¡Santo, el enmascarado de plata vs. los villanos del ring! La proyección del filme es uno de los 70 eventos que contempló el octavo Corredor Cultural Roma-Condesa, realizado del viernes 25 al domingo 27 de mayo.

El evento incluyó un corredor cultural, uno gastronómico, uno ambiental, funciones de cine, concurso de poesía y una ruta con el cronista Jorge Pedro Uribe, donde se mostraron los edificios más bellos, los museos y la historia de las calles que pueblan esta zona.

Con la proyección de la cinta del Santo, la Cineteca Nacional y el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) rindieron homenaje al héroe de la lucha libre mexicana, actor e ídolo de multitudes, Rodolfo Guzmán Huerta “El enmascarado de plata”, por sus 95 años de vida.

A esta función, al aire libre, entraron desde carriolas con bebés, hasta los adultos mayores que en la tarde del sábado no tenían nada que hacer. Mujeres que acompañaban a su novio, o novios que acompañaban a sus mujeres, y perros que no se quedaron en casa, sino que, jalados por una correa, acompañaban a sus amos.  A diferencia de una sala cinematográfica, aquí nadie comió palomitas con refresco, los asistentes saciaron su antojo con elotes, esquites y dulces. Callar al sujeto de al lado que platica a gritos, es cosa del pasado. Aquí todos, en cuanto inició la película, entregaron sus cinco sentidos a la pantalla. Anhelaban ver a ese hombre musculoso, con una capa plateada, que sin ton ni son propinaba golpes a sus enemigos.

Ramón Espinoza, de 50 años, postergó su visita a la iglesia por su devoción al Santo, el enmascarado de plata. Comentó que pasaba por el parque, pero al escuchar el nombre de la película prefirió tomar una silla y quedarse a verla. “Yo desde chavito veía esas películas, las veía con mi papá, en la matinée. Todo mundo nos creíamos El Santo, por eso ahora que escuché lo que habría aquí busqué lugar”, platicaba.

Pablito, un niño de 5 años, acudió con máscara y capa plateada, emulando al ídolo. El niño bailaba, movía las manos y platicaba, mientras en el altavoz se anunciaba la tercera llamada. Al iniciar el filme los asistentes callan. En el ring El Santo le hace una llave china al Espanto. En la pantalla los actores que ven la pelea gritan enardecidos ¡Santo!, ¡Santo!, ¡Santo! , tal como si fuera una oración religiosa, pero no son más que gritos de alegría y de euforia porque el héroe de mil batallas va ganando.

Esta película no es la única que se proyectó en el Festival Gastronómico Roma- Condesa, pero sí la más importante. También en el cine Tonalá, ubicado entre la calle de Aguascalientes y Tlaxcala, se presentó Interior/exterior, Yves Saint Laurent-Pierre Bergé, un Amor loco y Coco & Igor.

Otras del corredor cultural
En el área de poesía, el corredor contempló, en colaboración con el Claustro de Sor Juana, el evento Altisonante: Slam de poesía. Competencia en la que los poetas participaron leyendo o recitando su trabajo, para después ser calificados por un jurado. El objetivo de este evento fue encontrar talento joven y apoyar su carrera dentro de la literatura.

En el Corredor Ambiental, en la plaza Río de Janeiro, pequeños productores de verduras y frutas dieron a conocer una variedad de alimentos obtenidos de abonos orgánicos o compostas,  los cuales mantienen con una calidad inigualable. El deleite al paladar fue importante en este evento donde la mayora de Tlaxiaco (Oaxaca), Ix-Chel Ornelas cocinó en la Fonda Garufa cemitas con requesón, tamales de cilantro, pozole estilo Tlaxiaco, chile relleno afrutado, mole negro con picadillo y ticuta con nieve de leche quemada. Sin faltar la cata de mezcales oaxaqueños.

Quienes también brillaron por su buena comida fueron El Huerto Romita y Máximo Bistrot Local, que se dieron a la tarea de cultivar una variedad de hojas para servir ensaladas orgánicas. Las hortelanas ofrecieron una plática para orientar a los asistentes en cómo sembrar, cuidar y cosechar verduras orgánicas en huertos urbanos.

En el parque Río de Janeiro, de la Ciudad de México, los espectadores ríen a carcajadas, en la pantalla El Santo desapareció de un momento a otro. Fue un truco de producción que ahora los espectadores adultos ya no creen. Ríen porque en algún momento creyeron y porque los errores de producción ahora, en la era digital, son impensables.  En la proyección se ve una avenida urbana, es de noche y no hay carros. Un automóvil deportivo Porsche 356 se acerca, al tiempo que una capa plateada ondea a todo lo que da. Tras una máscara gris sólo se mueven unos ojos pequeños, es ¡El Santo! que otra vez salió victorioso. El público aplaude, se ríe y chifla. La película llegó a su fin.

Es así como una vez más el octavo Corredor Gastronómico Roma-Condesa buscó rescatar los espacios públicos de dos colonias importantes de la Ciudad de México y crear nuevos lugares de convivencia para las familias en el Distrito Federal.

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Acerca de la autora:
Miahutlán Oaxaca, 1986
Estudió periodismo en el Programa (Prende) de la Universidad Iberoamericana

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