La relación entre la investigación —los investigadores— y la iniciativa privada ha sido históricamente débil en México. Pocos son los casos en que el talento de los científicos mexicanos ha sido apoyado por empresas para la mejora de los procesos de producción, de los propios productos y, en general, en proyectos que busquen combinar el rigor investigativo y la comercialización de conocimientos. Este aspecto no es gratuito: “La dinámica es obstaculizada por inconsistencias de la normatividad sobre la propiedad intelectual generada por los investigadores”, advierte el doctor Federico Stezano[1] , y mientras los vacíos en aquél y otros sentidos no son cubiertos, cientos de investigaciones susceptibles de ser aplicadas industrialmente siguen siendo una ventana de oportunidades dispuesta a abrirse.

Una ventana de oportunidad es la investigación dirigida por el maestro en Ciencias, Luis Silva Santos, investigador del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional Unidad Oaxaca (CIIDIR), cuyo fin fue el aprovechamiento de una materia prima usada en Oaxaca, el maguey mezcalero angustifolia haw, y obtener otros productos para ser comercializados.

La investigación titulada Diversificación del aprovechamiento del agave mezcalero angustifolia haw, a través de la generación de tecnología aplicada para la generación de mieles y mezcal en el Estado de Oaxaca, inició formalmente en 2005, por la petición de un grupo de productores de mezcal de San Juan Guelavía.

“Nos plantearon la situación, querían tener más ganancias, y pensamos aprovechar los procesos que el agave tiene en la fabricación del mezcal, para diversificar los productos, como la fabricación de mieles o jarabes. Así, se aprovechan varias etapas del proceso mezcalero y después se ramifica el proceso, y esa rama tiene sus propios equipos para extraer las mieles. Lo que hicimos fue diseñar las tecnologías al nivel cultural y económico que tienen esos productores, mientras a mediano o a largo plazo se equipan. El objetivo es aprovechar la materia al cien por ciento. No sólo generar una tecnología que cumpla con ciertos objetivos de producción, sino que sea accesible para el productor”, relata Luis Silva Santos.

Actualmente, los resultados de la investigación —el estudio de procesos, el diseño de la maquinaria, los cálculos precisos para la producción— pueden conocerse en el CIIDIR Oaxaca.



[1] Transferencia de conocimientos entre ciencia e industria en el sector de biotecnología en México. Federico Stezano. UAM-Cuajimialpa.

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